“Como entrenador me tocó ganar algunos títulos con Peñarol, pero no hay nada igual a ese momento: minuto 120 de juego, a dos segundos de que termine el partido y el equipo rival es campeón. No puede haber un momento de tanta gloria, de tanto goce y de esa forma”. Diego Aguirre exjugador de Peñarol
Un 31 de octubre de 1987 en el último minuto se pierde de manera agónica una Copa Libertadores, en la retina del ojo americano fue un duro golpe, pero hoy ese mismo fútbol que quita da. Hoy nos da un gol agónico contra Tuluá de esos donde la garganta se rompe, el cual da una bofetada a los escépticos y pone a soñar a este pueblo con la permanencia.
Siempre acostumbro los domingos a pasear en mi bicicleta, es un hobbie que me quita el estrés de la semana, pero había algo particular tenia puesta la ¡roja!, en medio del camino me topé con muchos americanos, todos me dejaron su mensaje positivo, ¡hoy lo ganamos! ¡Aguante América! ¡Nos quedamos en la A! entre otras. No sé cómo hacemos puede existir las peores adversidades pero esta pasión de un pueblo nunca se rinde.
Llego a la casa ya estaba rondando el minuto 18, le pregunto a mi padre ¿Cómo estamos jugando? Me responde –bien- no pude ni sentarme para medio descansar del trayecto y ¡gol! De la pasión, lo celebre y a mi compañero de lucha le digo, “pasamos de largo”
Que boqui suelto fui por ¡Dios! Y confiado, no recordaba que esto es América y requiere sufrimiento, en una jugada donde se le da vida al Tuluá, un mal rechazo del que siempre salva Diego Herner, origina la jugada del empate del equipo corazón. Pasa un frío en el cuerpo, pero dije ¡vamos! de otras adversidades nos hemos levantado.
Polilla para el segundo tiempo mueve el equipo, saca a Silva entra Olmes, Bernal por Arboleda, estos con VOLUNTAD pero sin TÉCNICA trataron de darle un nuevo aire a un América nervioso, que no encontraba los caminos para ganarlo, ante un Cortuluá ordenado.
Minuto 60,70, 80 y los diablos rojos imprecisos, la tribuna pidiendo ¡huevos! Yo rezando a lo que fuera, un milagro salvaría este barco, un empate contra el rival directo seria apagar la luz para mantener la categoría.
Y ese santo escuchó la plegaria de miles americanos, minutos de adición, tiro de esquina, cabezazo de Arboleda queda el rebote en el área, Olmes iluminado por el espíritu de los irresponsables que lo llamaron Usuriaga, la ¡METE! Un gol con sabor de campeonato.
Lo grite con un desahogo, para decirles a los muchos que nos quieren ver abajo estamos presentes ¡vivos!, un grito de guerra para decir la pelea no ha culminado y un grito de tranquilidad donde todos UNIDOS, sacamos este barco adelante.
Mi papá me pedía calma ¡pero como tenerla minuto 90 y gol de esa forma! Mis vecinos de Nacional se burlaban de esa celebración. Al fin al cabo es lo que nos toca, es nuestro presente y cada gol lo celebraré así porque ni por el chiras volvemos a la B.
Ahora se vienen 15 días de “tranquilidad” por la fecha FIFA, una para del torneo, es un tiempo predilecto para corregir errores, para que este pueblo descanse un poco de tanta angustia. Pero como se lo dije a una mujer que me gusta le pedí 2 meses, 2 meses donde mi concentración por América, mis estados de ánimo serán dedicados por este amor.
Cuando se acaben hago la promesa pública que la invitaré a una cena ¡porque si me aguanta en estos 2 meses se merece todo!
Para terminar amado hincha rojo esta frase ¡SON COSAS DEL CORAZÓN! Se hace tan viva, ¿Cuándo América gana algo sin sufrir? es una herencia que tenemos y debemos llevarla hasta el fin de nuestros días, así que vamos todos unidos, con la actitud de apoyar, confiar y llenos de mucha fe.
¡La Fe fue la que empujo ese balón! Y así será en estas fechas que quedan, ya basta de sufrir van a venir los tiempos de reír.